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El pasado viernes, La Erreteca tuvo el placer de llevar a cabo el primer taller del año, dirigido a las maestras del Nido Jardín de la Amistad. Cada uno de estos encuentros es único y especial, al igual que los equipos que hemos capacitado hasta ahora. Como es costumbre, nos gusta plantear preguntas desafiantes que nos inviten a reflexionar y mejorar nuestra práctica pedagógica. Por ello, al finalizar el taller, pregunté a las participantes acerca de las oportunidades pedagógicas que habían identificado en el compostaje como experiencia de aprendizaje. La respuesta fue un testimonio revelador de cómo el compostaje, más que una práctica sencilla, se presenta como una herramienta transformadora. Aquí te comparto algunas de las oportunidades pedagógicas que resaltaron:
Experiencia Sensorial
La actividad sensorial con residuos orgánicos despierta varios sentidos, incluyendo la vista, el tacto y el olfato. Observar el proceso de descomposición en una pequeña compostera se convierte en una oportunidad única para explorar texturas, temperaturas y olores, proporcionando a los estudiantes una experiencia sensorial completa.
Clasificación y Organización
La gestión de residuos no solo se trata de recolección, sino también de clasificación y organización. En este contexto, los niños pueden aprender a reconocer, clasificar y organizar residuos orgánicos, desde cáscaras de frutas y vegetales hasta cáscaras de huevo. Este enfoque no solo fomenta habilidades prácticas, sino que también establece una sólida base para conceptos matemáticos.
Conexión con el Mundo de los Seres Vivos
La actividad no se limita a la manipulación de residuos; establece una conexión profunda con el mundo de los seres vivos. Al observar la compostera, los niños descubren la presencia de diversos organismos como hongos, ácaros, chanchitos de tierra y tijeretas. Esto se convierte en una ventana para explorar el mundo de los seres vivos y comprender sus complejas interrelaciones.
Aplicación Práctica del Compost
Resaltamos la importancia del compostaje como una forma de contribuir a la regeneración de los suelos y al cuidado de las plantas. La práctica de hacer compost en la escuela puede inspirar a los estudiantes a dar sus primeros pasos en el cultivo de sus propios alimentos, ya sea en una maceta o en un pequeño huerto.
Enfoque Interdisciplinario
La experiencia de compostar en la escuela va más allá de la educación ambiental. Incorpora aspectos fundamentales de diversas disciplinas, desde matemáticas y psicomotricidad hasta ciencias naturales y comunicación. Esto no solo diversifica el aprendizaje, sino que también demuestra la posibilidad de abordarla desde un enfoque interdisciplinario.
Conciencia Ambiental y Acción Comunitaria
Compostar en el aula no se reduce a la recolección diaria de residuos; es una práctica con impacto comunitario. Cultiva la conciencia ambiental de los estudiantes al mostrarles cómo sus acciones contribuyen positivamente a su entorno, fomentando así la responsabilidad social y ambiental. Integrar esta experiencia en la vida cotidiana trasciende las paredes del aula, fortaleciendo prácticas sostenibles y el compromiso ambiental.
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Estas experiencias no solo transforman las aulas, sino que también ofrecen un modelo efectivo para otras instituciones educativas. Al incorporar el compostaje como herramienta pedagógica, no solo enseñamos, sino que inspiramos a las generaciones futuras a ser guardianes responsables de nuestro planeta.
¿Está lista tu institución educativa para abrazar la educación sostenible a través del compostaje? Comparte estas ideas y únete a la revolución verde en nuestras aulas. ¡Juntos podemos hacer la diferencia! Si deseas organizar un taller en tu escuela, no dudes en contactarme. Estoy aquí para apoyarte en este viaje hacia una educación más sostenible.
¡Escríbeme a laerreteca@gmail.com y hagamos algo potente!
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